Levantarse nunca le había costado, hasta hoy.
Salir, ver gente, comer, verbos que le completaban, hasta hoy.
Podía ir a donde sea, hasta hoy.
Hoy no. Hoy le pertenecía a la rabia, a la tristeza, a la compasión y, sobre todo, a la nostalgia.
Levantarse nunca le había costado, hasta hoy.
Salir, ver gente, comer, verbos que le completaban, hasta hoy.
Podía ir a donde sea, hasta hoy.
Hoy no. Hoy le pertenecía a la rabia, a la tristeza, a la compasión y, sobre todo, a la nostalgia.
Todo lo que ves, todo lo que sientes, todo lo que vives está sujeto a las leyes del tiempo. O quizás es más correcto decir que tú lo estás, y como todo lo que experimentas lo haces a través de ti, tus propias vivencias se ven enmarcadas en igual disposición.
Quiero decirte que te estoy escuchando. A ti y a él y a ella y a ellos y a ellas. Creo que hay cientos de cuestiones inexistentes para la sociedad. Problemas invisibilizados o dados por sentado sin necesidad de razonamiento o investigación, como si así se evitaran el embolado de profundizar en algo incómodo.
Ojalá solo quieras ser la mejor versión de ti.
Nunca me había dado cuenta de lo importante que eran los espacios en blanco.
¿Qué es un hogar?
Odio el conformismo. Tengo la certeza de que es una de las cosas que más temo. Nunca cambiar. No moverme. Parecer que estoy estancada en un mismo lugar, como si muriera antes de tiempo.
Algunas decisiones están condenadas al fracaso. Puede ser. Pero son nuestras decisiones.
No, no es domingo, lo sé. Aunque quizás, querido lector, te estés preguntando por qué hago una aclaración tan absurda, cosa que si me conoces podrías asegurar que no es nada raro en mí.
Kairosclerosis.